Esta acción, pretende crear conciencia crítica para que personas y comunidades puedan tomar decisiones e iniciativas, que el centro sea la sostenibilidad y la vida. 

 Necesitamos reflexionar como consimidores y consumidroas preocupadas por una alimentación que sea saludable y sostenible.
Cuando mencionamos o pensamos en alimentación, con frecuencia no se le da la importancia que se debiera, y aunque parezca básico, no está mal recordar que a través de lo que comemos, nuestro cuerpo toma los nutrientes de los alimentos son ingeridos, digeridos en el estómago y finalmente absorbidos en el intestino. De ahí pasan a la sangre y se distribuyen en los diferentes tejidos. Las transformaciones químicas de los nutrientes en los tejidos es lo que llamamos metabolismo. Son las proteínas, grasas, hidratos de carbono, vitaminas, minterales ..., el agua; y estos al mismo tiempo tendrán cambios y reacciones que hagan que todo nuestro organismo lo que precisa.Gracias a ellos podemos movernos, pensar, cantar, reír, hacer ejercicio ... algo que todo el mundo tiene claro, "si no como, me muero". Entonces, ¿Por qué le damos tan poca importancia en conocer lo que llevamos hasta nuestras mesas? De nuestra bolsa de la compra, comemos nosotros / as y los seres que más queremos.

 Tod @ s hemos escuchado, o incluso dicho esta frase:  "SOMOS LO QUE COMEMOS ", entonces ¿Qué siginifica? ¿Qué queremos decir cuando empleamos esta frase? o ¿qué entendemos cuando la escuchamos?  

(Piensalo primero, y luego haz clip en enlace para la ver la reflexión).

  

 ¿CÓMO SÉ QUE TIPO DE ALIMENTOS LLEVO HASTA MI MESA? 

Una manera de saber qué tipo de alimentos estoy comiendo, es haciéndonos esta pregunta: ¿DE DÓNDE PROCEDE LOS ALIMENTOS QUE COMPRO?

PENSEMOS: ¿De dónde es el un alimento tan básico como el pan? ¿El pollo? ¿La manzanas ?, ¿de dónde son los alimentos que tienes en tu nevera y despensa y que consumes cada día?

 

RESULTA, que la mayor parte de los alimentos que llegan a nuestras mesas llegan de otros lugares del mundo, porque en este mundo globalizado, el mayor negocio está en el transporte.

La Universidad de Sevilla realizó un realizó un estudio sobre  «Alimentos kilométricos» donde recoge la procedencia de los alimentos que consumen en España denunciando el grave daño ambiental y la contribución al cambio climático del transporte de alimentos. En la siguiente tabla, se recogen los países de los que importamos, ordenados de más volumen de productos a menos, así, los garbanzos proceden de Méjico en ma yor volumen, luego EE UU y después Canadá.

Amigos de la Tierra tiene una campaña sobre “alimentos kilométricos”, donde recoge los últimos datos disponibles de 2011 revelan que importamos más de 25 millones de toneladas de alimentos, emitiendo más de 4 millones de toneladas de CO2. Los alimentos importados han recorrido los medios de comunicación casi 4.000 kilómetros antes de llegar a los mercados. Los garbanzos al principio mencionado, recorren una media de 7.000 km.

 Fuente: Campaña de sensibilización “Alimentos kilométricos” de la Asociación Amigos de la Tierra.

Además, tienen un alto coste social, para la agricultura en España, es decir, para la conservación y desarrollo de las zonas rurales. ¿Os imagináis un país que deja de ser autosuficiente en su alimentación dependiendo de otros? Que mejor ejemplo que recordar lo vivido este año 2020, al comienzo de la pandemia de SARS-COV2 con el material de protección sanitario.

Desde Canal Sur, nos lo explican muy bien con este corto reportaje: https://www.youtube.com/watch?v=gjYBAbfQlzE

Pongamos un ejemplo, imaginemos una manzana, de esas que encontramos reluciente, perfecta, igual que el resto… viene de Francia, donde hay grandes cultivos, comenzamos con los trabajos para una cosecha:

Mira este vídeo de la campaña de Amigos de la Tierra.

Vamos a explicar brevemente las consecuencias que tiene esta forma de globalizar el alimento:

La forma de alimentación actual, es consecuencia del modelo de producción intensiva tiende a uniformizar las formas de consumo, no aprovecha adecuadamente y con coherencia los propios productos locales y plantea problemas de salud cada vez más preocupantes para la población. Esta crisis se traduce en lo social, en malnutrición, hambre y exclusión, que afecta a una parte importante de la población mundial localizada fundamentalmente en los países del Sur, y en los trastornos, enfermedades alimentarias, riesgos nutricionales, causados ​​básicamente en el Norte. Se puede estudiar y analizar la parte ambiental de esta crisis, constituye un componente esencial de la crisis ecológica y civilizatoria en la que encontramos inmersos.Por las múltiples dimensiones que ésta conlleva, porque al mismo tiempo estamos viviendo, por lo menos,

 

¿Crees aún que no hay suficiente alimento para todas las personas del Planeta? 

Un tercio de la comida que se produce en el mundo termina en la basura (alrededor de 1.300 millones de toneladas de alimentos). El problema del hambre en el mundo no es de producción. FAO. ¿Cómo podríamos sino tener las estanterías de las grandes superficies llenas? ¿Habéis preguntado alguna vez a un carnicero si es posible hacer eso sin tener pérdidas? ¿Qué le pasa a él con su producto perecedero?

Según datos de la FAO en 2008:

  • Cosechas de cereales: 2. 289 millones de toneladas
  • Consumo de cereales: 2. 191 millones de toneladas.

Total: superávit de 98 millones de toneladas.

Aclaración:

- Cereales para consumo humano sólo 1 mil 50 millones.

- El resto se utiliza en piensos, combustibles y otros usos.

Pero además, según la FAO, existen más de 500 millones de toneladas de reservas de cereales

Un tercio de la comida que se produce en el mundo termina en la basura (alrededor de 1.300 millones de toneladas de alimentos). El problema del hambre en el mundo no es de producción. FAO

  • En los países ricos, las y los consumidores y comercios somos responsables del desperdicio de 222 millones de toneladas de comida al año. Equivale a la producción neta del áfrica subsahariana. FAO
  • En España 56 de cada 100 personas tiene sobrepeso (27 de cada 100 en menores de edad) Encuesta Nacional de Ingesta Dietética Española (ENIDE) 2011

Tener las estanterías repletas de alimentos con ese aspecto tan llamativo, conlleva a consecuencias graves.

 

Son multitud los productos que hay en el mercado. La competencia entre las marcas es grande y cada marca quiere vender más que su competidora, por lo que intentará captar nuestra atención con técnicas y tácticas publicitarias ante las que hay que estar atento.

A pesar de que la publicidad de alimentos está muy regulada, las grandes marcas juegan con leyes y tratan de rozar la línea de lo prohibido con diversos trucos. Algunas prácticas publicitarias prohibidas:

a. La actividad publicitaria no puede ser ilícita, engañosa, desleal, ni contener mensajes subliminales.

segundo. No está permitida la aportación de consejos de expertos sanitarios o científicos.

C. No está permitida la promoción de productos cuya publicidad esté destinada a la prevención y el tratamiento de enfermedades o en los que se especifiquen propiedades adelgazantes.

¿Pero cuántos alimentos se anuncian en programas y series de televisión sin rotular que se trata de publicidad?

¿Pero cuántos anuncios de alimentos presentan a los actores con batas blancas o rodeados de un paisaje natural? Así, se asocia con que es más sano, aunque no se indique.

Se ha estimado que la población infantil ve una media de 95 anuncios al día, más de 34.000 en un año. En el Estado español, se crean en un año alrededor de 5.000 campañas dirigidas al público infantil.

La población infantil tiene una gran confianza en la publicidad. A los 10 años, un niño o niña ha aprendido de memoria de 300 a 400 marcas.

Mira este vídeo.

 

¿Y QUÉ PODEMOS HACER?

Hay muchas entidades que trabajan por un cambio, pero es complicado cuando quien gobiernan el mundo son multinacionales de la alimentación, que curiosamente son las mismas que marcas cosméticas, e incluso, laboratorios.

Las personas toman conciencia y también se juntan para realizar iniciativas que ayuden a poder conseguir alimentos más saludables a menor costo, como los Grupos de Consumo. De esta necesidad, y de la que medioambientalmente no podemos escapar, las administraciones públicas promueven y apoyan iniciativas que el centro sea el desarrollo sostenible.